Sesiones de psicología infantil

Nuestro trabajo se centra primeramente en el conociento de todos los detalles mediante una sesión con los padres/tutores para conocer todos los detalles  que nos permitan el diseño de la mejor terapia para su peque.

La profesional que va trabajar los casos de psicología infanto-juvenil. Es una psicóloga sanitaria habilitada con la titulación de psicología infanto-juvenil. Y con experiencia en este campo.

La duración habitual de la sesión es una hora. Los primeros 45 minutos, trabajaremos con el/la menor, dependiendo de su edad  puede que unos de los padres/tutores deba permanecer durante toda la sesión. Los últimos 15 minutos, se reservan para  trabajar con los padres/tutores que le acompañan para hacerlos partícipes de  la evolución y conocer la metodología que se debe seguir en casa.

Es imprescindible rellenar el consentimiento informado para tratar a un menor por ambos progenitores o miembros que posean la patria potestad sobre el menor.

La frecuencia entre sesiones depende de las particularidades de cada caso, sin embargo, podemos decir que en la mayoría de los casos las citas tienen lugar cada dos semanas.

Si tu hija/o está atravesando un complicado momento, y siente la sofocante presión de la ansiedad que hace que cosas aparentemente simples le resulten sumamente complicados, podemos plantear un trabajo especìfico para eliminar los miedos que dominan a tu peque o mejor dicho, le enseñaremos a controlarlos para que no lo afecten tanto.

Si has detectado que tu peque tiene dificultades en sus relaciones sociales, sientes que se retrae del grupo incluso llegando a no querer ir al colegio /instituto, es fundamental encontrar la causa para trabajar y devolver el bienestar a tu peque.

Tu peque se caracteriza por sus rabietas, sus episodios de desafío a las normas, haciendo muy complicada su educación, es fundamental discernir si son llamadas de atención con algún objetivo o es una mala gestión de las emociones que hay que ayudarle a madurar.

A menudo nos olvidamos que los niños y jóvenes que tienen necesidades educativas especiales, además de un refuerzo educativo, también necesitan un apoyo para desahogar la frustración de sentirse algo diferentes al resto de sus compañeros.